lunes, septiembre 05, 2011

En mi primer vida me vendieron como esclavo, al año siguiente me devolvieron por falluto, fui a remate donde un hombre pidió ver mis dientes y dijo que pagaría dos monedas, pero que lo haría por mercado de pago y solo después de ver las calificaciones del vendedor. Finalmente la transacción se concreto y ambos se calificaron positivamente, en cuanto a mi, fui enviado a un pueblo llamado Tir Pentri donde fui la mano de obra barata para hacer política.

Con el correr de los años me convertí en uno de ellos, sabia a la perfección las artimañas que había que hacer, conocía de ante mano a quien había que prometer y a quien había que dar una moneda. El amo me prestaba su caballo para que fuera por las chozas a buscar a los que querían a mi amo como monarca, incluso hasta les manejaba las monedas y personalmente llevaba el charqui a los grupos de chozas para que pensaran en el futuro monarca engañando el estomago, participaba de reuniones en las que me pedían paja y bosta para agrandar la choza o caña para terminar el techo. Otros pedían monedas o una recarga de 30 en días de promoción, y yo estaba allí para palmearla la espalda diciéndole que lo den por seguro, además de contarle todos los beneficios que tendrían si mi amo llegaba a monarca.

En realidad me sentí uno de ellos pero nunca deje de ser un esclavo, por suerte en mi segunda vida tuve un avance, ya no existía la esclavitud, por lo menos legalmente. Yo era un hombre con una vida en la que había evitado trabajar y cada elección avanzaba en la construcción de mi rancho.

Me sentía un genio total, pero en realidad nunca deje de ser un mediocre esclavo de la sociedad. En esta vida no evolucione, sigo siendo un mediocre, sigo siendo un esclavo, pero desarrolle una coraza y me rodeé de buena gente. Esta vez soy conciente de la existencia de los falsos, y de los que quieren hacer una cosa y dicen otra por conveniencia, pero si hay algo que aprendí en estas vidas que cada esclavo puede comenzar su propia revolución y que siempre hay que mirar bien las calificaciones antes de hacer una oferta.